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De tocar sueños de puntillas...

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Vive y deja vivir

Cuando decidí venir a Dakar sabía que no iba a ser fácil, sabía que dejar mi querido y pequeño pueblo de Ibel en País Bassari suponía un gran cambio y alejarme de la familia, de los amigos y de lo que mejor conocía. Ya hace 6 meses que vivo en Dakar y si os soy sincero no es nada fácil.  Mis compañeros y compañeras de clase De febrero a junio tenía clase solo lunes, miércoles y viernes pero desde hace una semana ya tengo clase cada día lo que me está suponiendo más esfuerzo. Para ir a la facultad me despierto cada día a las 5:45h ya que debo caminar durante una larga hora y media. Cuando finalizo las clases vuelvo a caminar otra hora y media de vuelta a casa, me preparo la comida y descanso una hora, sí a veces cae una siesta, hace mucho calor y los madrugones me pasan factura. Por las tardes es el momento de estudiar, hacer los deberes y un poco de deporte. Entre semana intento mantenerme en forma corriendo y los fines de semana aprovecho para jugar algún partido de fútbol. P

Y mamá África volvió

En agosto de 2018 se cruzó en mi camino Mónica, una amiga a la que ahora llamo cariñosamente "mamá África". Como ha contado ella en su blog Miraquebé, nos conocimos subiendo a Iwol y cuando bajamos nos intercambiamos nuestros números de teléfono para enviarnos las fotos. Ella volvió a Barcelona (España) y seguimos en contacto por WhatsApp. En aquellos momentos, como habéis ido leyendo en el blog, yo estaba esperando mi orientación universitaria que no llegaba y cada día me desesperaba un poco más. No os voy a repetir todos los posts que he ido escribiendo en este blog pero sí que os diré que a principios de enero me llegó un mensaje de mamá África que decía: Abdoul, vuelvo a Senegal en abril . Me volví loco de contento, no me podía creer que volvía, que ilusión, que alegría!!! Con Mbaye en el aeropuerto de Dakar Como supongo sabéis, yo que me dedico al turismo (ahora menos desde que estoy en Dakar) conozco a muchos turistas y la mayoría cuando acaba el viaje

Soñé que podía... y aquí estoy!!!!

Ya hace dos meses que dejé mi casa en Ibel y me vine a Dakar a estudiar a la universidad. Los estudios de marketing y comunicación me gustan y me obligan a esforzarme en todas aquellas tareas que me proponen. Iba a decir que estaba contento y sí, por poder estudiar lo estoy pero vivir en Dakar no es nada fácil para un chico de 20 años que se encuentra a casi 1.000 kms de su familia. Feliz con mi nuevo colchón Cuando llegué, las dos primeras semanas estuve "acogido" en casa de unos amigos de un tío mío y luego ya pude pagar e instalarme en un piso de estudiantes. Aquí en Dakar encontrar un piso compartido con otros estudiantes a buen precio es una ardua tarea , y una vez lo consigues empiezan las pequeñas y grandes aventuras diarias. A principios de febrero me instalé en la casa compartida en la que iba a vivir, podía pagar poco ya que aquí todo supone pagar, pagar y volver a pagar . Vivo en una habitación con otros 6 chicos, ahora mucho mejor que las primeras semanas

Al fin... la universidad!!!

Empezaba el año con sentimientos enfrentados, estaba triste por no haber aparecido en ninguna de las listas de orientación universitaria pero entusiasmado con mi nueva faceta de profesor en el colegio de Ibel . Pasaban los días de mis largas vacaciones forzosas y, a mediados de enero tocaba buscar una salida. Si no me enviaban ningún mensaje con la 3a y última orientación universitaria debía tomar de nuevo una gran decisión: cuáles iban a ser mis próximos pasos??? He de confesar que estaba angustiado, valoré diferentes opciones, estudiar a distancia, irme fuera de Senegal, un poco de todo y mucho de nada. Lo que sí que era cierto es que debía buscar trabajo , mis ahorros estaban menguando peligrosamente y necesitaba ingresos. Elaboré mi primer currículum para optar a algún empleo cualificado y abandoné mis pinitos de profesor voluntario en Ibel, debía concentrar todos mis esfuerzos en encontrar un trabajo digno en el que mi formación tuviera valor. En todo esto andaba, cuando me l

De sueños y oportunidades

Ya han pasado 4 meses desde que obtuve mi bachillerato , os lo contaba en mi anterior post del blog: Estudiar para crecer y cambiar al sur de Senegal . Estaba contento, no, no, estaba muy muy contento con la perspectiva de irme a la universidad, quizás a Dakar, a estudiar filología hispánica y así empezar a vivir mi sueño de convertirme en guía "de español". Pero a veces, y quizás más en África, l as cosas no salen como te esperas ni siguen lo que podríamos llamar su curso normal. Así, salió una primera lista y luego una segunda lista con la distribución de estudiantes en las diferentes universidades del país. Yo no aparecí en ninguna de ellas, en ese momento mi corazón dio un vuelco y me puse triste, las semanas habían ido pasando con la esperanza de obtener una plaza, pregunté en repetidas ocasiones y decían que sólo era cuestión de tiempo, que debía esperar.  Ahora, 4 meses después soy consciente de que no va a ser así, y sí, sigo esperando la que será la tercera lista,

Estudiar para crecer y cambiar al sur de Senegal

Como sabéis los que os acercáis por mi blog soy de Ibel, un pequeño pueblo al sur de Senegal. Empecé a estudiar en la escuela Samba Danie Ba la enseñanza "élémentaire" con 7 años como todos los niños y fuí pasando cursos hasta llegar a la enseñanza media. En Ibel, hasta 2012, sólo era posible la enseñanza elemental hasta los 12 años pero justo cuando yo llegué a 6ème abrieron enseñanza media. Cursé la 6ème allí pero al segundo año (5ème) vi que estando en casa con la familia y los amigos, dedicados a otras tareas que nada tenían que ver con el estudio, no iba a conseguir mi propósito de superar la enseñanza media. Así, con tan sólo 14 años tomé mi primera gran decisión, irme a Bandafassi a 7kms de Ibel. Deciros que en Bandafassi la vida no es fácil para un chico de 14 años solo, trabajaba muy muy duro el fin de semana en la construcción para ganar algún dinero con el que sobrevivir el resto de la semana y así, con mucho esfuerzo llegué a la 4ème, momento en el que elegí

Iniciación por tradición: la fiesta de la máscara

Los hombres jóvenes de Senegal tienen una cita ineludible con la fiesta de la máscara. En este país, la circuncisión marca el paso de niño a hombre y es el momento de convertirse en una persona autónoma y autosuficiente. Así tras ser practicada la circuncisión los chicos de 14 o 15 años ser irán por un periodo que oscila de las 2 semanas (los peul) a los 6 meses (los bedik) al bosque para convertirse en "hombres de verdad". Durante ese tiempo les acompaña un guía denominado bollo, el  responsable de las enseñanzas durante el período de formación. Transcurridos los 3 primeros días de reclusión en el bosque, salen las "máscaras" cantando y bailando por el pueblo para proteger a los jóvenes circuncidados de cualquier contratiempo y sobre todo de los malos espíritus. Las máscaras se pasean diariamente lo que obliga a las mujeres a encerrarse en sus casas ya que durante el tiempo de reclusión en el bosque ningún hombre circuncidado puede ver a mujer alguna. Las másc

La familia "elástica" africana

Las familias africanas acostumbran a ser grandes, o mejor dicho muy grandes y numerosas. Hay tres motivos principales: que es costumbre vivir juntos en un mismo sitio, la práctica habitual de la poligamia y que el índice de natalidad es elevado. Así, es frecuente que padres, madres, hijos, hijas, primos, primas, abuelos y abuelas sigan siempre en el mismo lugar (ya sea una misma casa o diferentes cabañas cerca las unas de las otras) para ayudarse en caso de necesidad y sobre todo para trabajar juntos en el campo. Es verdad que cada "micro" unidad familiar dentro de la gran familia (un matrimonio con sus hijos, o los abuelos, o el joven matrimonio aún sin descendencia) dispone de sus propias tierras pero si es necesario unos y otros cultivan las que haga más falta. Los abuelos con sus "bols" En África cocinan preferentemente las mujeres, bueno, mejor dicho siempre cocinan las mujeres. Si en una familia hay 5 mujeres cada día una se encarga de preparar el des

Fútbol entre naturaleza pura

Con una copa de fútbol en el instituto Empecé a jugar a fútbol cuando era pequeño, en la escuela primaria. En aquellos tiempos no teníamos una pelota convencional para jugar y las fabricábamos con plásticos, a decir verdad, cumplían su función. Seguí jugando con mis hermanos y mis amigos hasta que empecé a jugar con el equipo de Ibel. No se me daba mal, o al menos eso decían los que me veían, lo que sí que tengo claro, ahora que han pasado los años, es que jugando a fútbol me he encontrado siempre muy, muy bien y los entrenamientos y partidos han acabado siendo una parte importante de mi vida. Como jugador he recibido varios apodos, mi familia empezó llamándome "Puyol", sí el ex-jugador del Fútbol Club Barcelona ya que siempre que podía lucía su camiseta, luego me llamaron "Silva" por el jugador zurdo del Manchester City ya que yo también soy zurdo. De todos modos, mi equipo preferido es el "Barça", sobre todo por su manera de jugar, siempre gane