Los hombres jóvenes de Senegal tienen una cita ineludible con la fiesta de la máscara. En este país, la circuncisión marca el paso de niño a hombre y es el momento de convertirse en una persona autónoma y autosuficiente. Así tras ser practicada la circuncisión los chicos de 14 o 15 años ser irán por un periodo que oscila de las 2 semanas (los peul) a los 6 meses (los bedik) al bosque para convertirse en "hombres de verdad". Durante ese tiempo les acompaña un guía denominado bollo, el responsable de las enseñanzas durante el período de formación.
Transcurridos los 3 primeros días de reclusión en el bosque, salen las "máscaras" cantando y bailando por el pueblo para proteger a los jóvenes circuncidados de cualquier contratiempo y sobre todo de los malos espíritus. Las máscaras se pasean diariamente lo que obliga a las mujeres a encerrarse en sus casas ya que durante el tiempo de reclusión en el bosque ningún hombre circuncidado puede ver a mujer alguna. Las máscaras llevan absolutamente cubierta la cara para que nadie sepa quien se esconde debajo. Las familias, entregan al Bollo la comida para sus hijos y es entonces el momento de saber si está bien.
Supongo que os preguntaréis ¿quien practica la circuncisión? hoy en día y desde hace ya algunos años, los chicos van al hospital y allí el médico lleva a cabo la intervención, es verdad que luego van al bosque para seguir con sus ritos de inicación pero los días siguientes, muy temprano para no ser vistos, van al hospital para controlar la herida, efectuar las curas necesarias y seguir la evolución. Este cambio fue muy importante ya que la intervención se lleva a cabo en excelentes condiciones de higiene, con anestesia y además se han reducido de manera muy importante las infecciones.
Este rito de iniciación masculino va más allá de la religión, así musulmanes, cristianos y animistas lo practican.
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